Este es un pequeño cuento pero nos deja una gran enseñanza...
Bajo un gran árbol de bellotas sentado descansaba un campesino meditando.
-Por qué -se decía- Dios colgó de tan gran árbol estos pequeños frutos Insignificantes? ¿Por qué no colgó de sus ramas una fruta tan grande y bella como estas enormes calabazas?
Mientras meditaba en lo equivocado que estaba Dios al colocar los frutos, he aquí una bellota de encina le cayó sobre la nariz y lo dejó manando sangre abundantemente.
Pues si que es sabio nuestro Dios -dijo entonces el campesino- ¿Qué hubiera sido de mi si en lugar de una bellota me cae encima una de estas enormes calabazas?
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