lunes, 24 de junio de 2013

LAS RANITAS EN LA CREMA

Este cuento es para reflexionar acerca de no darse por vencido antes de tiempo. La vida siempre te da otra oportunidad.









Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de
crema.
Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible
nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas
movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para
llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían
chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez
era más difícil salir a la superficie a respirar.
Una de ellas dijo en voz alta:
—No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia
no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar
este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un
esfuerzo estéril.
Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez
siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se
dijo:
—¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en
esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero
luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo
antes de que llegue mi hora.
Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo
lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!
Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y
patalear... La crema, se transformó en manteca.
La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta
el borde del pote.
Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de
regreso a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario